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ALIMENTACIÓN EMOCIONAL: ¿VERDAD O MITO?

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¿Alguna vez has escuchado hablar de la alimentación emocional? Y no, no nos referimos a una rutina de ejercicios para ayudar a gestionar tus emociones. Es literalmente lo que lees, el tipo de nutrición al que recurrimos para contribuir a nuestro equilibrio emocional, porque, si aún no te has dado cuenta, lo cierto es que la manera en que comemos afecta cómo nos sentimos y ésta, a su vez, nuestra forma de comer.

Probablemente, cuando escuchas que alguien necesita “comer balanceado”, lo que se te viene a la mente es una cadena de palabras con las que tal vez te sientes familiarizado, pero que en realidad poco entiendes: que contenga grasas no saturadas, que sea bajo en carbohidratos, alto en fibra y proteínas… Pero después de repasar lo que has aprendido (por ahí) de lo que es una buena alimentación, sabes que siempre será mejor consultar con un profesional lo que realmente necesita la persona.

Es ahí cuando terminamos pensando que esa labor es exclusiva de un nutricionista; que no está mal, pero resulta que la psicología también tiene mucho que ver en el éxito de cualquier dieta, en la medida en que le ayuda a la gente a mejorar la adherencia al hábito. Por eso existe una rama de esta ciencia dedicada a cuidar la forma en la que nos alimentamos, llamada Psicología de la Nutrición o Psicología de la Alimentación que puede complementar muy bien la labor del nutricionista.

¿Alguna vez has escuchado hablar de la alimentación emocional? Y no, no nos referimos a una rutina de ejercicios para ayudar a gestionar tus emociones. Es literalmente lo que lees, el tipo de nutrición al que recurrimos para contribuir a nuestro equilibrio emocional, porque, si aún no te has dado cuenta, lo cierto es que la manera en que comemos afecta cómo nos sentimos y ésta, a su vez, nuestra forma de comer. Probablemente, cuando escuchas que alguien necesita “comer balanceado”, lo que se te viene a la m

Es normal que nunca hayas escuchado el término, como también se ha vuelto normal que cada vez exista una mayor consciencia sobre nuestro bienestar.

Todos los días entramos a nuestras redes sociales a consumir rutinas de skincare, ejercicios en casa para disminuir el estrés, recetas de comidas fáciles y rápidas pero nutritivas, y hasta consejos de psicología que nos ayudan a sobrellevar nuestras vidas; una tendencia que hasta hace pocos años nos habría parecido medio obsesiva. Y para probar que hemos cambiado, en 2021, la Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU)[1] hizo un estudio con el fin de determinar si las personas piensan que la alimentación influye en su bienestar emocional. Los resultados no solo demostraron que cerca del 90% de los encuestados está de acuerdo, sino que las mujeres son quienes más creen en ello.

Si eres de los que come solo por su paladar, pregúntate, ¿a qué “tipos de nutrición” recurres cuando estás triste, estresado o enojado? Aunque la respuesta parezca inofensiva, replicar el hábito no solo puede generar que te sientas más cansado, sino también desencadenar problemas de salud. Nuestra intención no es regañarte ni hacerte sentir mal, pero sí darte herramientas para que te cuides sin dejar de disfrutar, porque hasta en eso debemos ser estrategas. 

 

[1] https://www.ocu.org/salud/bienestar-prevencion/noticias/bienestar-alimentos

Sin embargo, antes de hablar de esos alimentos que nos causan felicidad y además nos convienen nutricionalmente, es necesario explicar por qué lo hacen y empezaremos por la serotonina. Según un artículo del Proyecto Psicología y Mente[1], este neurotransmisor está asociado a la sensación de felicidad y regulación del estado de ánimo: la falta de serotonina puede generar efectos negativos como tristeza, angustia e irritabilidad. Las personas con depresión suelen tenerla en niveles muy bajos y por lo general, buscan alimentos altos en calorías, azúcares y grasas que los estimulen y les hagan sentirse mejor. Sin embargo, hay muchos otros alimentos que contienen triptófano, un aminoácido que contribuye a la producción y liberación de la serotonina y en casos de depresión, pueden ayudar a contrarrestar los síntomas.

Por lo tanto, los alimentos ricos en triptófano actúan como un antidepresivo natural y lo encontramos fácilmente en:

La lista puede seguir y solo está a un clic de distancia. Así que, la próxima vez que tengas hambre, tenla presente y pregúntate: ¿la sensación apareció de la nada y sin motivo? ¿Te está gruñendo el estómago o solo pensaste en el antojo? ¿De qué tipo de alimento tienes antojo? Recuerda que no puedes evitar que tu cuerpo sienta, pero sí puedes controlar lo que haces con eso.

Procura también mantener tu mente presente mientras comes, disfruta el sabor de manera consciente y analiza si comes una porción prudente o solo un bocado porque se te quitaron las ganas instantáneamente. Así podrás identificar si es la sensación es real o emocional sin mayor esfuerzo. Si tu caso es diferente y sientes que necesitas ayuda para crear esos nuevos hábitos, siempre puedes buscar a un profesional y no debes sentirte mal por hacerlo.

 

[1] https://psicologiaymente.com/nutricion/psicologia-nutricion-alimentacion-emocional

ALIMENTACIÓN EMOCIONAL: ¿VERDAD O MITO?
ALIMENTACIÓN EMOCIONAL: ¿VERDAD O MITO?

En resumidas cuentas, la alimentación emocional no es algo de ahora, ni es cosa de adultos y debería ser tan común como hablar de nutrición infantil o la alimentación en el embarazo. Prueba haciendo pequeños cambios y cuéntanos cómo te sientes. Y si quieres seguir explorando más recetas, artículos e información relevante sobre bienestar, deporte, alimentación y nutrición, no olvides seguirnos en Instagram.