¿Por qué le tenemos tanto miedo a las grasas?
Aquí una explicación para encontrar ese bienestar que buscamos y perderles el miedo…
¿Alguna vez se han preguntado por qué se habla tanto de las grasas en todo lo que comemos? ¿O por qué tratamos de evitarlas lo más que podamos cuando queremos cuidar nuestra alimentación? ¿O por qué nos invitan a escoger una ensalada en vez de las papas fritas?
Muchas pueden ser las razones que nos llevan a tener un cuidado extra con las grasas en nuestra alimentación y nutrición: lo recomiendan los profesionales de salud, tenemos un conocido a quien se las prohibieron o vemos productos que indican en su etiqueta “bajo en grasa”. Así que tenerles “miedo” puede ser una respuesta normal a lo que nos rodea.
Pero conservemos la calma porque hay algo que es cierto y es que comer no tiene por qué ser estresante y entender más sobre cómo alimentarnos mejor puede llenarnos de tranquilidad y bienestar físico.
Aquí algunas nociones que debemos tener claras para dejar el miedo atrás, entender las grasas y lograr acercarnos a una alimentación consciente.

Entender las dietas de pérdida de peso
Las dietas para adelgazar no son nuevas y el concepto es fácil de entender: para perder peso necesitamos crear un desbalance entre la cantidad de calorías que consumimos y las que gastamos. Esto crea un desequilibrio en donde el cuerpo se ve obligado a utilizar nuestra grasa corporal como fuente de energía para poder desempeñar adecuadamente nuestras funciones diarias.
Es decir que las grasas son importantísimas: son la reserva de energía de nuestro cuerpo, nos ayudan a formar hormonas y hacen parte la estructura de nuestras células. Es por eso que, al eliminarlas, podríamos estar cometiendo un error.
Ahora, hay algunas otras ideas que debemos entender para eliminar nuestro miedo a las grasas y todo empieza por…
…Los macronutrientes, las kilocalorías y los estándares de consumo
El miedo a las grasas tiene su razón de ser: de todos los macronutrientes que le aportan energía a nuestro cuerpo, las grasas son las que más calorías por gramo aporta, más específicamente 9 kilocalorías por cada gramo. Mientras que los carbohidratos y las proteínas aportan 4 kilocalorías por gramo. Entonces, claro, en una dieta para perder peso siempre será más simple reducirlas o eliminarlas y verlas como “malas”, al momento de querer alcanzar el objetivo.
Pero no lo son: para tener una alimentación saludable, según las recomendaciones de ingesta de energía y nutrientes (hechas por el ministerio de salud de Colombia para los adultos sanos) entre el 20 y el 35% de la ingesta de calorías diarias debe ser a partir de alimentos fuentes de grasa, como pueden ser los aceites, el aguacate y los frutos secos, entre otros. Un 20% proveniente de las proteínas y las calorías restantes, deben ser aportadas por los carbohidratos.
Ahora bien, después de todo lo que hemos aprendido, podemos decir que las grasas no son ni buenas ni malas: simplemente son necesarias para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Lo que debemos entender es que no todas las grasas son iguales y por eso se habla de grasas saturadas e insaturadas.


Grasas saturadas e insaturadas
Las grasas de cualquier tipo tienen enlaces moleculares. Y esos enlaces pueden ser rígidos o flexibles. En el caso de la grasa saturada estos enlaces son rígidos, es por esta característica que los alimentos fuente de este tipo de grasa se vuelven solidos a temperatura ambiente. Un ejemplo puede ser la mantequilla de vaca, la grasa de cerdo o el aceite de coco, entre otros.
Este tipo de grasa, a nivel de funcionamiento corporal, suele servir como fuente de energía. Sin embargo, también aumenta los niveles de colesterol en sangre, factor que puede ponernos en un mayor riesgo cardiovascular y, por ende, se sugiere limitar su consumo.
Por su parte las grasas insaturadas, son más flexibles a temperatura ambiente, lo que hace que se mantengan en un estado líquido. Un ejemplo puede ser el aceite de oliva o de aguacate. Estas grasas, suelen ser utilizadas en la membrana de nuestras células, no aumentan el colesterol en sangre y favorecen la salud neuronal. Es por eso que…¡se recomienda su uso!
Entonces….¿Cuál elijo? Se puede incluir las dos en la alimentación, pero como siempre, todo en equilibrio y en su justa medida. Ahora…la pregunta:
¿Qué pasa con las grasas trans?
Pero antes de empezar debemos hacer una aclaración importante: Las grasas trans y las grasas saturadas no son las mismas. A las grasas trans podríamos llamarlas grasas industriales y estas son grasas insaturadas de origen vegetal que, para mejorar algunas características de productos alimenticios como las margarinas, las galletas industriales, o los productos hojaldrados se llevan a altísimas temperaturas lo que hace que cambien su estructura molecular y se vuelvan perjudiciales para nuestro cuerpo.
Estas son las grasas que debemos evitar a toda costa y, en parte, son las responsables del miedo general a las grasas. De ahí también que se malinterprete los orígenes de las grasas.
Porque, en algunos casos, las personas suelen decir que son buenas o malas dependiendo de si son de origen vegetal o animal y esa no debería ser la discusión. Para ambos es mejor enfocarse en la cantidad y la calidad de las grasas que consumamos, no solamente su origen.
Es decir, a diferencia de las grasas trans industriales (que se encuentran en productos altamente procesados) siempre podemos consumir grasas saturadas (con cuidado) y grasas insaturadas de cualquier origen.


Alimentación consciente
Y aquí llegamos para resolver el asunto. Para superar nuestro miedo a las grasas lo primordial y lo más importante es empezar a aprender sobre la alimentación consciente. Esa que nos permite saber que todos los alimentos son necesarios, pero que todo tiene un equilibrio y una forma de hacerse.
Por eso en muchísimos casos, cambiar la forma en la que cocinamos puede ayudarnos a tener un mayor control de la calidad y la cantidad de grasas que adicionamos a nuestra alimentación.
Por ejemplo, las Airfryers o Freidoras de aire nos ayudan a evitar ese proceso de fritura por inmersión y también el proceso de calentamiento y enfriamiento del aceite que crean las grasas trans. O algunos aceites en spray también pueden ayudarnos a controlar cuánta grasa entra a nuestros platos.
Todo es cuestión de equilibrio, información y balance para seguir encontrando ese camino que nos llevará a nuestra mejor versión de bienestar. Si quieren seguir explorando más recetas, artículos e información relevante sobre bienestar, deporte, alimentación y nutrición pueden seguirnos en Instagram.
*Esta entrada fue creada con el acompañamiento de nuestras nutricionistas de Grupo Éxito que nos ayudaron a entender un poco mejor el mundo de las grasas saturadas, insaturadas y grasas trans*